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Seremos conocidos por nuestro fruto.


#maronitas

San Ignacio de Antioquía (?-c.110)

Obispo y mártir

Carta a los Efesios, 13-15 (Breviario)


Procurad reuniros más frecuentemente para dar gracias a Dios y alabarlo. Porque cuando os reunís con frecuencia, los poderes de Satanás se ven socavados y la destrucción que él amenaza desaparece en la unanimidad de vuestra fe. Nada es mejor que la paz, en la que se pone fin a todas las guerras entre el cielo y la tierra.


Nada de esto se te escapará si tienes perfecta fe y amor hacia Jesucristo. Estos son el principio y el fin de la vida: la fe el principio, el amor el fin. Cuando estos dos se encuentran juntos, existe Dios, y todo lo demás relacionado con una vida correcta se deriva de ellos. Nadie que profesa la fe peca; Nadie que ama odia. “Un árbol se conoce por sus frutos”.


Así, los que profesan pertenecer a Cristo serán conocidos por lo que hacen. Porque la obra que realizamos no es cuestión de palabras aquí y ahora, sino que depende del poder de la fe y de ser fieles hasta el fin.


Es mejor callar y ser que hablar y no ser. La enseñanza es buena si el profesor también actúa. Ahora bien, hubo un maestro que “habló y fue hecho” (Sal 33, 9), e incluso lo que hizo en silencio es digno del Padre. Quien tiene la palabra de Jesús, puede escuchar verdaderamente también su silencio, para ser perfecto, para actuar mediante su palabra y ser conocido por su silencio. Nada está oculto al Señor, pero incluso nuestros secretos están cerca de él. Hagamos entonces todo sabiendo que él habita en nosotros para que seamos sus templos y él sea Dios en nosotros.

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