Santa Catalina de Siena (1347-1380)
Terciario dominicano, Doctor de la Iglesia, copatrono de Europa
Diálogos, cap. 4 (©Clásicos de la espiritualidad occidental)
[Santa Catalina escuchó a Dios decirle:] Tú pides la voluntad de conocerme y amarme, Verdad suprema. Este es el camino, si quieres llegar al perfecto conocimiento y disfrute de mí, Vida eterna: Nunca abandones el conocimiento de ti mismo.
Entonces, sumidos como estás en el valle de la humildad, me conocerás en ti mismo, y de este conocimiento sacarás todo lo que necesites. Ninguna virtud puede tener vida excepto por la caridad, y la caridad es alimentada y cuidada por la humildad.
Encontrarás humildad en el conocimiento de ti mismo cuando veas que incluso tu propia existencia no proviene de ti sino de mí, porque te amé antes de que nacieras. Y en mi indescriptible amor por ti quise crearte en gracia. Así que os lavé y os hice una nueva creación en la sangre que mi Hijo unigénito derramó con tan ardiente amor.
Esta sangre os da el conocimiento de la verdad cuando el conocimiento de vosotros mismos os lleva a despojaros de la nube del amor egoísta. No hay otra manera de saber la verdad. Al conocerme así, el alma se enciende con un amor indescriptible, que a su vez trae consigo un dolor continuo. En efecto, porque ha conocido mi verdad, así como su propio pecado y la ingratitud y ceguera de sus vecinos, el alma sufre intolerablemente. Sin embargo, este no es un dolor que turbe o marchite el alma. Al contrario, la hace engordar. Porque ella sufre porque me ama, ni sufriría si no me amara.
Comentários