Por tal motivo el patriarca maronita publicó una felicitación para las mujeres que han dado la vida a sus hijos.
«El deber de honrar y respetar a la madre no es sólo en este día del año en que se le celebra, sino debe ser siempre y de continuo; nuestro amor por ella es un mandato divino, por lo que es un cumplimiento a la voluntad de Dios, que nos anima y deja claro que los hijos de Dios debemos ser un ejemplo a seguir en la sociedad y en la familia.
Oremos por las madres de Líbano bajo la intercesión de nuestra Madre la Virgen María. Que Ella nos ayude a preservar los antiguos valores libaneses de las generaciones de ayer y se trasmitan a las generaciones de hoy y así sean una garantía por un futuro mejor para nuestro Nación»
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