San Bernardo (1091-1153)
Monje cisterciense y doctor de la Iglesia
Sermón de la Natividad de María « El Acueducto »
Hermanos, debemos cuidar que la Palabra que salió de la boca del Padre y descendió hasta nosotros por mediación de la Virgen María no vuelva vacía (Is 55,11), sino que le devolvamos gracia por gracia por medio de esta misma Virgen. Hagamos, pues, memoria incesante del Padre mientras nos quede suspirar por su presencia. Hagamos que los torrentes de su gracia suban a su fuente para que vuelvan a nosotros cada vez más abundantemente...
Tenéis presente al Señor, por eso no os abstengáis de hablar, no os quedéis callados sobre él. Quienes ya viven en su presencia no necesitan esta advertencia...; pero a quienes viven todavía en la fe hay que exhortarles a no responder a Dios con el silencio. Porque "el Señor habla, anuncia la paz a su pueblo", a sus santos, a los que vuelven en sí mismos (Sal 85[84],9). Él escucha a quienes lo escuchan; Él hablará a los que le hablen. De lo contrario, él también callará si no hablas, si no proclamas su gloria. «Vosotros que recordáis al Señor, no descanséis ni le deis descanso hasta que restablezca a Jerusalén y la convierta en el orgullo de la tierra» (Is 62,6-7). Porque dulce y hermosa es la alabanza de Jerusalén...
Pero sea cual sea la ofrenda que presentéis ante Dios, acordaos de confiarla a María para que la gracia suba a su fuente por el mismo cauce que la ha traído hasta nosotros... Tened mucho cuidado de presentar a Dios lo poco que tenéis para ofrecerle a través de las manos de María, esas manos purísimas, dignas de recibir la mejor acogida.
Comments