19 de agosto
En diciembre de 2008 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 19 de agosto como el «Día Mundial de la Asistencia Humanitaria»; en memoria del brutal atentado terrorista, del 19 de agosto de 2003, contra la sede de las Naciones Unidas en Bagdad (Iraq) que se cobró la vida de 22 personas, entre ellas el enviado de la ONU, Sergio Vieira de Mello.
Por tal motivo, el Secretario General del Consejo de Iglesias del Oriente Medio, el Dr. Michel E. Abs, escribió un interesante artículo para tal ocasión. El texto original fue publicado en MECC el 18 de agosto de 2021 en árabe. Traducción y publicación en español por Maronitas.org en colaboración con The Middle East Council of Churches. Para leerlo en inglés.
Dr. Michel E. Abs Secretario General del Consejo de Iglesias del Oriente Medio La fecha del 19 de agosto marca el «Día Mundial de la Asistencia Humanitaria», según el calendario de las Naciones Unidas, que ha elegido el cambio climático como tema principal para el año 2021. Antes de ampliar el tema de los cambios climáticos y ambientales y su impacto en la vida y el futuro de la humanidad, debemos detenernos en algunos datos estadísticamente significativos que se han incluido en el sitio web de las Naciones Unidas dedicado para esta ocasión. El año 2020 fue testigo de un ataque a 475 trabajadores humanitarios, de los cuales 108 murieron, 242 resultaron heridos y 125 fueron secuestrados. Todos sabemos lo que sufren los trabajadores humanitarios, desde la sospecha, la desconfianza, el rechazo, la persecución, hasta el daño físico en todas sus formas. Las estadísticas muestran que estos actos de violencia se han duplicado durante 2021. En este mundo turbulento, hay soldados desconocidos que hacen lo que otros no se atreverían a hacer, como los trabajadores humanitarios, los periodistas, el personal médico, los mediadores entre grupos combatientes, los soldados de mantenimiento de la paz en el frente y otros que cumplen misiones altruistas y humanitarias. Estas personas merecen tener un día de honor en el que se escriban sus hazañas, se honre su valentía y se alabe su intrepidez. Por otra parte, el mismo sitio web informa de que en el mundo hay 235 millones de personas que necesitan urgentemente asistencia y protección humanitaria en 2021. En cuanto a los índices, la tasa de personas que necesitan asistencia humanitaria alcanza a una de cada 33 personas en todo el mundo, lo que indica el porcentaje más alto en décadas frente a una de cada 45 personas que era la media cuando se lanzó el sitio web sobre la acción humanitaria mundial para el año 2020. En cuanto al total al que se dirigen las Naciones Unidas y sus organizaciones asociadas, ha llegado a 160 millones de personas distribuidas en 56 países, que necesitan urgentemente ayuda, lo que costará a los organismos implicados unos 35,000 millones de dólares americanos. El tema principal de la campaña de este año gira en torno al cambio climático, como ya se ha dicho, y ello en un intento de frenar el deterioro que está sufriendo nuestro cansado y agotado planeta, por piedad hacia las generaciones que aún no han nacido. ¿De qué sirve dejar a las generaciones futuras todas las formas de progreso tecnológico y medios de lujo y, al mismo tiempo, una naturaleza infestada que no es apta para la vida humana? El sitio web menciona que la emergencia climática está provocando un caos generalizado que es muy difícil de abordar para quienes lideran las campañas. Sin embargo, si la situación continúa en este estado, la comunidad humanitaria puede llegar a una etapa en la que sea incapaz de prevenir los daños climáticos. En cuanto al problema principal, que refleja la injusticia que se practica contra los seres humanos, reside en el hecho de que las personas más afectadas por esta emergencia climática son las que menos daño le han causado o menos se han beneficiado de ella. Sus hogares y sus medios de vida se han visto alarmantemente dañados. Ante esto, las campañas climáticas se centran en trabajar para controlar o frenar el cambio climático, con el fin de preservar el futuro del planeta. Por ello, el «Día Mundial de la Asistencia Humanitaria» del año 2021 arrojará luz sobre las consecuencias de la emergencia climática para los más vulnerables del mundo, con el fin de subrayar las crisis que sufren y evaluar también cuáles son sus necesidades. Todo ello se debatirá y elaborará en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en el mes de noviembre. Por su parte, la Iglesia, ya sea sola o a través del Consejo de Iglesias del Oriente Medio, está tratando de llevar a cabo la ardua tarea que está llamada a asumir por el Señor hacia la creación en la preservación de la casa que Él preparó para nosotros el día en que fuimos creados en este mundo. A principios de septiembre, el MECC lanzará el «Tiempo de la Creación», que es una actividad de sensibilización y contemplación, basada en los textos impresos en un folleto preparado por un equipo de especialistas que trabajan en el ámbito eclesiástico y que se han reunido en un comité llamado «Comité de Eco-Justicia». Este trabajo pretende sensibilizar a los creyentes sobre la importancia de preservar la casa de Dios como marco de futuro para toda la humanidad. Esta actividad preparatoria, en la que participarán las iglesias, se llevará a cabo hasta el 4 de octubre, tras lo cual se convertirá en un plan de trabajo sostenible y continuo que se llevará a cabo durante todo el año. La Iglesia está llamada, directamente o a través del MECC, a ser punta de lanza en la preservación del medio ambiente y a frenar la codicia que provoca los cambios climáticos. Dado que se espera que los cambios climáticos provoquen el desplazamiento de millones de personas pobres y las dejen sin techo y privadas de cualquier fuente de sustento, colocándolas así en un estado de dependencia y humillación, la Iglesia asumirá así la responsabilidad de promover los valores de justicia y dignidad humana. Por ello, la Iglesia está llamada a convertirse en un taller agrícola y ecológico que devuelva a la naturaleza su esplendor, al trabajo agrícola su valor y a la vida rural su belleza. Así es como la Iglesia ha perdurado a lo largo de los tiempos, ya que siempre ha sido un refugio para la humanidad que el Señor le ha confiado.
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